AHORRA ENERGÍA EN LA COCINA
La cocina es una de las zonas de la casa que más electricidad consume. Por esto, la buena utilización de los aparatos electrodomésticos, sobre todo la refrigeradora, resulta fundamental para “la buena salud” del bolsillo, el ahorro de energía eléctrica y una contribución a la conservación del medio ambiente.
Un truco para mejorar la economía doméstica es aprovechar la iluminación natural, usar colores claros en las paredes y techos para que esa fuente natural de luz haga más efecto en el hogar, y apagar los equipos eléctricos como computadoras, radios y televisores, en vez de dejarlos en posición stand by (en espera) cuando no están en uso.
Para economizar electricidad en el hogar también se puede recurrir a las bombillas de bajo consumo, ajustar los termostatos de la refrigeradora (6 grados centígrados en la parte central y 18 grados bajo cero en la zona de congelación) y llenar al máximo el lavavajillas, utilizar el microondas en vez del horno convencional y usar todo lo posible la olla a presión.
Son algunas de las recomendaciones del grupo Eroski, que ha puesto en marcha, con la colaboración del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la campaña “Ahorra energía”, destinada a proporcionar a los consumidores recursos para hacer un diagnóstico del consumo energético doméstico y ofrecer asesoramiento para mejorar la eficiencia energética de los hogares.
Economiza más
Según los expertos de la campaña “Ahorra energía”, la cocina es la estancia donde está el mayor gasto energético del hogar: solo el refrigerador consume casi el 18% de la electricidad doméstica. Mientras que la lavadora es, después del refrigerador y del televisor, el electrodoméstico que más energía consume y se utiliza entre tres y cinco veces a la semana.
Según la energía que utilices, la cocina propiamente dicha suele ser de gas o eléctrica; las de resistencias, tipo vitrocerámica o de inducción son mucho más rápidas.
Pero el “gran derrochador” de energía eléctrica de la cocina es el refrigerador, el cual supone un alto gasto energético y puede convertirse en una auténtica amenaza para la factura eléctrica, si no se la utiliza adecuadamente y con criterio.